viernes, 26 de junio de 2015

Pacto de amantes…


La oscuridad se aparta encandilada
por el fuego que emanan los amantes,
cuando agitan sus cuerpos trémulos de pasión
gimiendo de placer al ritmo del deseo.

Sus siluetas jadeantes se funden en las sombras
como espigas cimbreantes movidas por el viento,
son como dos fantasmas perdidos en la noche
que no quieren que nadie interrumpa el momento.

Los cuerpos temblorosos acusan el cansancio
en aquellos amantes y su último encuentro,
ellos fueron conscientes que todo acabaría
aunque en sus corazones aún la llama ardía.

El día los sorprendió con sus cuerpos desnudos
estaban abrazados y parecían dormidos,
el sol con su calor besó sus labios mudos
y pudo darse cuenta que ambos ya estaban idos.

María B Núñez

miércoles, 24 de junio de 2015

El adios...

No pudiste ser sincero…


Hoy yo he venido a decirte lo que aquí tengo guardado
muchas veces lo he pensado pero sé que voy a herirte,
el día en que te marchaste todo estaba bien planeado
y aunque no me lo creía comprobé que si lo hiciste.

Si en un tiempo tú moviste mi corazón con un beso
hoy lo liberé del peso y tú ni cuenta te diste…
cierto día tú me contaste que eras un poco travieso
y no le di la importancia del porque me lo dijiste.

¿Por qué no fuiste sincero, qué hacías fingiendo conmigo,
o es qué acaso tenías miedo de contar tu desenfreno?
Que pronto te consolaste en los brazos de tu amigo
con pocas palabras digo cambiaste cama por suelo.

Quedarás comiendo alpiste y eso será en otras casas
porque a ésta tú no vuelves ni que sufras de despiste,
ya hay otro que me desviste y no con caricias falsas
vete tú a guardar las rosas al closet del cual saliste.

Si hoy me dices que sufriste no me da ninguna pena
bastante ahora es mi condena por no saber lo que fuiste,
si que fue una gran sorpresa y contarla no me apena
porque de aquella experiencia ya no queda nada triste.

María B Núñez

A mi manera…


Incita mis pasiones con tus besos,
píntame la piel con tu ardiente mirada,
deja que me sumerja en embelesos,
y acaricie tu cuerpo emocionada.

Dibuja mis placeres con tu aliento
arropa con tu esbeltez mi figura,
aviva los dormidos sentimientos
para hundirnos los dos en la locura.

Tengamos una noche inolvidable
ardamos en el fuego de esta hoguera,
no aplacemos lo que es inevitable,
y disfrutemos de este amor a mi manera.

Cuando ya los luceros oculten sus destellos
se apagarán también los fuegos encendidos,
al despertar el alba se oirán quedos resuellos,
de placidos amantes que ya están complacidos.

María B Núñez

sábado, 20 de junio de 2015

Amor en poesía…



Agotada de plasmar los sufrimientos
hoy quise escribir unos versos de alegría,
uniendo para ello todos mis sentimientos
buscando en el pasado toques de fantasía.

Saqué de mi memoria el beso adolescente
que asustada te daba en aquella placita,
el olor a gardenia que aún tengo presente
perfumaba mi cuerpo en la primera cita.

hicimos del lugar nuestro rincón sagrado
para dar rienda suelta a caricias excitantes,
que hacían que el corazón latiera acelerado
colmando de placer los cuerpos al instante.

Tantas cosas hermosas que aún tengo presente
mantienen siempre viva la ilusión del mañana,
sentir que sale el sol con su esplendor naciente
y envuelta entre sus rayos alcanzar el nirvana.

Quiero que la sonrisa perdure entre mis labios
tener siempre tu mano muy cerca de la mía,
callar si es necesario como lo hacen los sabios
y que nuestro amor sea perpetuo como en la poesía.

María B Núñez


jueves, 18 de junio de 2015

Carta de una madre a su hija…


Aquí estoy tan lejos de todo y a la vez tan cerca. Aquí en mi mundo tan equidistante del mar y la montaña.

Aquí estoy en un lugar del que quiero escapar y a la vez estar.
Aquí estoy en una cárcel con las puertas abiertas queriendo escapar, pero siento miedo de hacerlo, temo regresar.

Antes debo romper las cadenas y tirarlas al mar.

Hoy no tengo palabras para expresarme, solo letras silentes que vagan
en nubes grises.

El destino sabe nuestra dirección. La vida es imprevisible, y la muerte nos parece un absurdo, un desconcierto y aunque haya sido anunciada con anticipación, no hay nada que podamos hacer para evitarla.

Hay que seguir adelante con la voluntad de siempre, vivir y buscar las fuerzas necesarias para levantar de nuevo la cabeza, el dolor silente no mengua, hay que enfrentarlo y soltarlo para que se vaya.

Si no lo haces, el cuerpo manifestará por algún lado su almacenamiento.
Sin embargo, el llanto hay que dejarlo salir, llora si lo necesitas, pero no hagas una laguna con tus lágrimas porque puedes ahogarte en ella.


Sé que no es fácil para ti, ni estoy admitiendo que lo sea, tampoco digo que vivir con dolor sea lo ideal, es difícil aceptar una pérdida, pero debes resignarte. Recuerda que a tu lado hay personas maravillosas que te necesitan.

Nunca te olvides de darle las gracias a Dios por todo, a ese Dios que habita en ti y en todo lo que te rodea.

Ahora cierra los ojos por un momento y relájate…

Trata de mirarte fijamente en el espejo y perdona esos sentimientos que te hacen tanto daño, guárdalos en una cajita y esconde la llave donde nunca más la puedas encontrar.

Sé que mi partida te dejó una profunda cicatriz en el alma, ya no te lamentes más por eso, no quiero verte triste, transforma esa herida en herramienta espiritual para tu beneficio y el de los demás.

Ya es el momento de cerrar este circulo y no permitir que se abra de nuevo.
Yo estoy bien, y desde este hermoso lugar donde me encuentro, te bendigo, protejo y siempre velaré por ti todos los días.
Te amaré por siempre…

María B Núñez



martes, 16 de junio de 2015

Ahogada en el silencio…



En una noche oscura con la luna menguada
dos almas se despiden mientras la vida sigue,
en la ruta de nubes se extingue la mirada
ahogada de silencio que aún hoy me persigue.

Al evocarte mi pecho no palpita como antaño
ni mi piel encandece al recordar tu manos,
el semblante de tu rostro me lo imagino extraño
y hasta tus besos hoy los siento más lejanos.

No dejaré que el tiempo se duerma en la memoria
ni borre de mis noches tu escultural figura,
que ha sido fiel testigo de mis noches de gloria
en todos estos años donde el amor perdura.

Ya no quiero escribir mi musa se ha marchado
y con ella partieron mis grandes ilusiones,
la soledad me aturde pero la estoy domando
para dejar a un lado las inquietas prisiones.

Quiero seguir soñado con este amor bonito
trazar en el espejo las líneas de tu risa,
atrapar en un libro las letras que musito
y detener el tiempo aunque este lleve prisa.

María B Núñez

Lágrimas...


Hay lágrimas ardientes como el fuego
pueden ser de alegría de dolor o desdén,
la claridad del sol no la percibe un ciego
pero su calidez la recibe él también.

María B Núñez

lunes, 15 de junio de 2015

Kitty! Dolor de ausencia...



Al ver aquel inerte cuerpecito

inmóvil cual objeto desechable,

mi corazón galopa acelerado

deseosa de escuchar algún gemido.


Las lágrimas me fluyen sin pensarlo,

se agolpan y resbalan incansables,

de pronto se detienen bruscamente

 serena voy buscando algún suspiro.


Mi cuerpo se estremece enloquecido,

ya no siente frió sino infinita rabia,

la contemplo con su carita angelical

y quiero devolverle con un soplo la vida.



Mantendré en el infinito tu recuerdo

abriré un camino donde las dos solas,

juntas recordemos los juegos del ayer

mientras evoco tu mirada de lealtad.



No todo lo que quiero es para siempre.

Cada cosa consigue el rumbo y su destino

menos mi corazón que sigue entristecido.



Eras como el rayito de sol cuando hace frío,

el amor noble, sincero, puro y transparente,

eras la luz que alumbraba aquel rincón

que hoy está oscuro y frío por tu ausencia.


María B Núñez

Se marchó el amor...


En otoño las hojas se cambian de color
eso mismo le pasa al amor con los años,
cuando este se descuida se muere la pasión
y si cohabitan juntos son perfectos extraños.

No es fácil asimilar que ya no queda nada
de aquel inmenso amor que mi vida llenaba,
ahora soy una estrella con la luz apagada
que ni la luna llena con su brillo alumbraba.

Tu amor es esa espuma que en el agua se pierde
igual que una tormenta en noche de verano,
como el que pide amor y más tarde te muerde
es como el mal amante que siempre está lejano.

Nuestro amor se marchó como sol en invierno
como barco sin rumbo sin brújula y perdido,
solo quedan las hojas de aquel viejo cuaderno
que al verlo me recuerda que todo ha concluido.

María B Núñez

domingo, 14 de junio de 2015

Angelitos vivos...


Esta es una historia real y tiene algo de tragicómico por la forma como se suscitaron los hechos. Ese día domingo amaneció lloviendo a cantaros, la casa estaba en silencio, todos los habitantes dormían arrullados por el sonido que hacían las gotas de lluvia cuando caían sobre el techo de zinc.

Me di vuelta en la cama y pensé que con ese mal tiempo no podría ir a la misa, cuando estaba tomando de nuevo el sueño, se escucharon unos golpes en la puerta, esperé en silencio que alguien se levantara para saber a quien se le había ocurrido de la casa con semejante lluvia, en vista que los golpes en la puerta se dejaron escuchar nuevamente, no me quedó otra que levantarme y asomarme por la ventana, y allí, mojada como un pollo estaba mi tía Amelia, al verme me dijo: “Apúrese que vamos a llegar tarde a la misa” abrí la puerta y con voz desganada le dije: “Tía, está lloviendo y hace mucho frío , y no me quiero mojar por ir hoy a la iglesia, de todas maneras el mes tiene cuatro domingos y por uno que no vaya a misa, Dios no me va a castigar” De mala gana me respondió: “Dios no la va a castigar, pero yo si por falta de respeto, así que vaya y se viste rápido que ya estamos tarde”

Para mi sorpresa la iglesia estaba más llena que de costumbre, así que nos tocó oír la santa misa de pie, luego de concluida la misma, el cura anunció la visita del obispo para una determinada fecha, esa visita significaba que los padres debían empezar a preparar a todos los niños que no estaban bautizados, ni confirmados, para que recibieran el santo sacramento, así como también, todas aquellas parejas que vivían en unión libre, o también llamado concubinato, debían legalizar su situación mediante el matrimonio, ya que entre todas las misiones que traía el obispo, era terminar con el pecado, que de seguro en éste lugar había por todas partes.

Escuchando al cura me dije: “No sé cual sería el mío, porque apenas tengo siete años, o quizás mi pecado sea porque no estoy confirmada y tampoco he hecho la primera comunión”

Como en todas las iglesias hay señoras muy colaboradoras, enseguida una levantó la mano y dijo: “Podemos empezar desde hoy mismo con los preparativos” y a la mencionada señora no se le ocurrió mejor idea, que escoger seis niñas de las que estaban haciendo el curso para tomar la primera comunión, (entre esas niñas estaba yo) para vestirlas de angelito, y así darle una sublime bienvenida al obispo.

La fecha para la llegada del obispo se estimó en dos meses, así que la preparación para cumplir con todo aquello, duraría cerca de sesenta días.
En mi caso particular, los días de práctica o ensayo, tendría que caminar un trayecto de más de dos horas, para poder llegar a la casa de la fulana señora, que era la encargada de enseñar todo lo concerniente a bautizos, primeras comuniones, confirmaciones, matrimonios colectivos etc. etc. etc.

Aquella señora era la tapa del frasco, una enciclopedia ambulante, pues sabía de todo, y otro detalle, era que también se conocía la vida y milagros de todos los habitantes del pueblo.

Por esa época, los adultos solían hablar en presencia de los niños, como si uno fuera tonto, y no entendiera lo que ellos estaban diciendo. Sin querer en esas charlas en la casa de la mencionada señora, los niños nos enteramos de cosas que no estaban acorde con nuestra edad.

Al llegar a la casa, y decirle la “buena nueva” a mi mamá, ésta estalló en una euforia tan grande, como si se hubiera ganado el premio mayor de la lotería, aquel acontecimiento ella lo convirtió en una fiesta, se lo comentó a los vecinos, y a todo el que pasaba cerca de la casa, estaba tan contenta, que hasta se lo dijo a los animales domésticos, mientras tanto, yo solo pensaba en todo lo que tenía que caminar, pero eran tan pocas las veces, que yo veía a mi madre feliz, que no le dije lo que yo pensaba acerca de esa celebración y el disfraz de angelito vivo.

Cinco de las niñas, vivían en el mismo pueblo y bastante cerca de la iglesia, pero la hija de Lola, vivía en el campo, aquello significaba un trauma más, pues los ensayos eran tres veces a la semana, y de solo pensar en todo lo que tenía que caminar, las pocas ganas que tenía de ser un angelito vivo se me quitaban.

Comenzaron los preparativos, mi madre vendió unos pollos, un cerdo, maíz y frijoles, todo esto para reunir el dinero, y poder comprar los materiales para la elaboración del vestido, o mejor dicho del disfraz, así era que yo le decía. Los días fueron pasando y todo se iba desarrollando como tenía que ser.

Y llegó el gran día! Todavía a estas alturas me pregunto: “De dónde sacarían las beatas del pueblo, tantos pétalos de flores para cubrir todo el trayecto por donde iba a pisar el obispo” aquella especie de pasillo estaba en su totalidad hermosamente bien decorado, al caminar los pies se hundían en los millares de pétalos multicolores.

Pero no todos podían caminar por la mullida alfombra de flores, solo el obispo, el cura, dos monjas, y por supuesto las seis niñas disfrazadas de angelitos vivos que en vez de caminar estábamos prácticamente obligados a flotar, cosa que era imposible, y a duras penas solo conseguíamos arrastrar los pies.

A mi parecer este fue el primer acto de discriminación del cual fui testigo directo, por eso ahora me pregunto: “Por qué solo niñas, acaso no dicen que los angelitos no tienen sexo, pudieron haber entrenado y disfrazado niños también

Los angelitos estábamos todos muy cansados, habíamos dormido muy poco por la ansiedad de que todo saliera bien, ah, y para completar el circo, también había que cantar, y entre los seis angelitos vivos, escogieron a la hija de Lola, para dirigirle unas palabras de bienvenida al obispo.

De pronto! El vestido me comenzó a picar como si estuviera lleno de hormigas o de pulgas, las alas me pesaban muchísimo, y sentía que se me hundían en mi espalda huesuda, menos mal que estaba descalza, porque si no, hasta los zapatos me apretarían, me empecé a sentir mal, y mentalmente le pedía a Dios, que me dejara terminar el acto, los angelitos estábamos “gravitando” en torno al obispo, cuando de pronto vi, que las personas presentes en la iglesia, empezaron a distorsionarse, y un ruido desagradable entró en mis oídos, que me hizo descolgarme del lugar donde estaba, y aterrizar prácticamente encima al obispo.

Era la primera vez que me desmayaba, de lo que sucedió después no me acuerdo para nada, desperté en el dispensario del pueblo, que por fortuna quedaba al lado de la iglesia.

Afortunadamente antes de empezar con todo este “circo” el obispo nos confesó y nos dio la primera comunión a los seis angelitos vivos, así que a pesar de lo que sucedió después, yo estaba feliz porque había hecho mi primera comunión con el obispo.

la confirmación no pude hacerla porque mi madrina no llegó a la iglesia, después supimos que se había quedado aislada por la crecida del río.
Espero que cuando me toque hacerla, sea en una ceremonia bien sencilla. No quiero saber nada más de disfraces de angelitos ni nada parecido, la experiencia no me fue grata, y cuando la recuerdo me empiezo a sentir mal como ese día.

Lo sentí mucho por mi madre, que estaba muy triste por que no pudo terminar de oír la santa misa, y recuerdo que en mi inocencia le dije: No estés triste mamá, yo le pedí permiso a Dios para descansar y él me lo dio.

Todo, o casi todo en esta vida tiene una explicación, es por eso que de adulta, no me gusta mucho ir a la iglesia y tampoco me gustan para nada las cosas que tienen alas.

María B Núñez

sábado, 13 de junio de 2015

Tomas y Cristina...

Tomás y Cristina

Tomás y Cristina son una pareja entrada en años, o mejor dicho de juventud prolongada, a ellos no les gusta para nada estar celebrando por cualquier cosa, más si el país está cada día más complicado, lo que si hacen con devoción, es asistir cada domingo a la iglesia a dejarle una plegaria a Dios.

Ellos son una pareja muy creyente y casi nunca dejan de asistir a los servicios religiosos de su parroquia, aunque a veces hay circunstancias adversas que deben sortear, como por ejemplo, ir al mercado a comprar los alimentos para la semana y encontrarse con una larga fila, donde facilmente pasan hasta 6 horas desafiando el mal tiempo, para poder llevar a su casa los alimentos necesarios, y muchas veces, después de hacer el sacrificio de esperar tanto tiempo en la fila, luego tener que permitir que los marquen con un sello de tinta en el brazo, como si fueran animales, y cuando al fin logran entrar al establecimiento, con impotencia se enteran que el producto está agotado.

Hambrientos, cansados, hastiados y sobre todo tristes, emprenden el regreso a casa, hambrientos porque ni siquiera desayunaron, cansados de estar parados bajo el inclemente sol, hastiados de recibir vejámenes de todos los encargados de vigilar la kilométrica fila, y tristes porque han faltado con su deber de ir a la iglesia. En parte sienten que han defraudado a Dios.

Llevando cada uno dos bolsas con lo poco que pudieron conseguir, y casi sin fuerzas, apuran el paso en la medida que sus cansadas y adoloridas piernas se lo permiten, para llegar hasta la parada de autobús, los años y los achaques mellan en ellos, sin embargo, saben que deben llegar temprano a casa, antes que impere el toque de queda impuesto por la campante inseguridad.

Afortunadamente encuentran puesto en el autobús, pero no en la misma banca, una señora joven y con un bebé en brazos, cede su lugar para que la pareja viaje en el mismo asiento, a la joven no le importa sentase en cualquier sitio, total su tesoro más preciado lo lleva en brazos.

Tomás y Cristina agradecidos, y con una sonrisa que mostró todos los surcos del tiempo en sus rostro, le dieron las gracias a la joven.

El autobús siguió su pesada marcha, la pareja no sabía si los ruídos que brotaban de las entrañas del motor eran normales, o por falta de mantenimiento.

Faltando poco para llegar a su destino, el colectivo se estremeció de golpe y sin dar tiempo a nada, echó a rodar por un incipiente barranco, en las vueltas que daba el vehículo, varios de los pasajeros se salieron por las ventanillas, esos fueron los que llevaron la peor parte, porque los que se mantuvieron dentro salieron prácticamente ilesos.
Una vez pasado el susto, los pasajeros se miraban unos a otros, para constatar que no estábamos heridos.

Enseguida Tomás y Cristina se dieron cuenta que la joven que les había cedido su lugar, no estaba dentro del autobús.
Con cierta dificultad y cuidado extremo, los temerosos pasajeros comenzaron a salir, todos tenían miedo que el vehículo se volteara nuevamente.

Una vez fuera del autobús vieron con estupor, que la joven y su bebé estaban parcialmente triturados, presa de angustia la pareja se acercó a la joven, para comprobar con lágrimas en los ojos que ambos estaban sin vida.
La confusión reinaba en el sitio, algunos tenían el teléfono en las manos tratando de marcar un número, pero la histeria no se los permitía.

EL autobús permanecia oscilante entre unos arbustos, daba la impresión de guardar silencio en respeto al fallecimiento de la joven pasajera y su bebé.

De pronto el lugar se iluminó con una llamarada de fuego, al tiempo que un ensordecedor ruido estremecia a los ya asustados pasajeros, presa del pánico se tiraron al suelo, y reptando como serpientes, se alejaron un poco del lugar del incendio.

El ruido que hizo el vehículo al estallar en llamas, puso en alerta a los habitantes de un barrio cercano, que prestos y diligentes llegaron al sitio.

La sorpresa que se llevaron los maltrechos y confundidos pasajeros, no tenía limites.
Al lugar habían llegado más de media docena de hombres, unas cuantas mujeres y unos niños que no rebasarían los doce años, pero ellos no venían como buen samaritano para ayudarlos, no, ellos venían era a ROBAR a las atribuladas victimas del accidente.

Uno de los pasajeros se oponía a entregar el celular, y por repuesta recibió un tiro en la mano, que hizo que el teléfono cayera ensangrentado al piso.

Todos los ocupantes del autobús fueron despojados de las pocas pertenencias que tenían, solo Tomás y Cristina, permanecieron cubiertos por el manto de sus oraciones y fueron los únicos que se salvaron de ser resquicíados por la banda de malandros sin escrúpulos.

Los valores han decrecido en la mayoría de la población, ahora impera la usura, el cuanto hay pa’eso, la corrupción galopa sin frenos, pueden haber miles maneras de diezmar ese flagelo, pero no les interesa porque lamentablemente la mayoría del gobierno están involucrados y contagiados con el feroz cáncer de la corrupción que afecta a todas las esferas del país.

Pero cuando no hay la voluntad de acabar con los verdaderos cerebros del descalabro del país, la anarquía reina en todos los niveles y aplasta cualquier intento de hacer que la vida de los habitantes de ese oprimido pueblo, vuelva a tener fe y esperanza en que un día no muy lejano se despierten y se reconozcan como los verdaderos hermanos que una vez fueron...
María B Núñez

Noche oscura...

Manos atadas...



En esta noche gris
luna yo a ti te espero,
para que me acompañes
y alumbres mi sendero

Con rayos que encandilan
mi rostro entumecido,
guíame al horizonte
de ese mar que me espera.

Quiero atrapar el día
para oír su silencio,
y hablarle del tormento
que mis noches desvela.

De un dolor sin descanso
que se está haciendo eterno,
con un mar de preguntas
que aun no tienen repuestas.

Es estar prisionera
con las manos atadas,
es querer escaparse
y no encontrar la salida.

O tal vez la encontré
y no me he dado cuenta,
de tanto que busqué…
no había visto la puerta.

María B Nunez








Algunas veces pueden ayudar...



Hay épocas en la vida que todo te sale tan bien, pero tan bien, que te asustas de que así sea, porque ustedes que me leen y yo sabemos, que no hay felicidad completa, y aquí cabe mencionar una cita que solía decir Lola mi madre “cuando el pobre lava llueve” a veces no solo llueve, sino que la tormenta pareciera no tener fin.

Este es mi decálogo para tratar de no ahogarme …
Son unas pildoritas de “autoayuda” que escribí hace muchos años, fáciles de comprender y aplicar.

Esos diez puntos me recuerdan lo que debo hacer, para estar en paz conmigo y con mi entorno.

1.-Ignorar las cosas desagradables.

2.- Actuar no como te sientes, sino como te quisieras sentir.

3.- Darle paso al cambio y disfrutarlo.

4.- Tratar siempre de ser justa y honesta.

5.- Nunca debemos tomar las cosas tan a pecho.

6.- No restes, suma y multiplica las cosas buenas.

7.- Si tienes y debes decir algo, hazlo rápido.

8.- No guardar silencio si tenemos la razón.

9.- No tratar de agregarle más horas al día.

10.- Darle gracias a Dios por lo bueno y lo no tan bueno,
respira, vive y deja vivir…

María B Núñez

viernes, 12 de junio de 2015

"Los padres sólo pueden dar buenos consejos
o ponerlos en el camino del bien, pero la
formación del carácter de una persona reside
en ella misma"

Ana Frank

Totalmente de acuerdo...
Muchas veces el dolor nos hace plasmar sentimientos
que nos ayudan a liberar los pesares que se quieren
anidar en nuestro corazón...

María B Nuñez

Una sonrisa...

Una sonrisa te puede alegrar el día, pero una mirada de amor
te puede cambiar la vida para siempre.
Todo eso nos hace sentir el amor cuando es correspondido…

María B Nuñez


Un cuadro del mañana…


Es martes y mi cuerpo pesa una tonelada
el día está muy oscuro cubierto de agonía,
y le pido a la virgen que venga a mi morada
a traerme la luz que clama el alma mía.

Hay tanta oscuridad en medio del verano
que me impide mirar la claridad de nuevo,
te suplico de hinojos que me tiendas la mano
tú que todo lo puedes escúchame este ruego.

Hoy he visto con llanto sus muros derrumbados
tantos sueños truncados a mitad del camino,
por mucho que ella intenta se quedan atrapados
hasta que llegue el día de vencer su destino.

Después de muchas sombras vendrá la claridad
y las dos pintaremos un cuadro del mañana,
donde no hayan tristezas sino seguridad
para escalar la cima de una hermosa montaña.

María B Núñez









jueves, 11 de junio de 2015

Reflejos...



Oteando a la distancia puedo ver el reflejo
de tus ojos de cielo que me miran con pena,
las noches de silencio son igual que el espejo
que no puede mentir si la imagen no es buena…

María B Nuñez

Gracias amiga…



No tengo más que darte las gracias por todos esos momentos que hemos compartido juntas, fueron momentos de alegrías, nostalgias, sueños, risas, sufrimientos, lágrimas, uno que otro secreto, muchos pensamientos compartidos, que han hecho que nuestra amistad sea invulnerable.

Recuerdo cada palabra de aquellas largas horas que hablábamos de todo y de nada en particular. Quiero que sepas que esas conversaciones tienen un lugar muy especial en mi corazón.

Estaré eternamente agradecida con Dios, por haberme dado la oportunidad de conocerte, gracias por todos los momentos que fuiste el rayito de luz que alumbraba mi oscuro sendero, gracias por dedicar parte de tu tiempo a escuchar mis problemas y a tratar juntas de buscarle solución.

Gracias por estar ahí mostrándome tu afecto y cariño, por sonreír aún sin tener ganas, gracias por tener siempre tu corazón dispuesto a brindar amor, gracias por ser la persona que eres.
Gracias por todo…

Te quiero y necesito amiga.

María B Núñez

miércoles, 10 de junio de 2015

Unas lineas...



Por fin tenemos con nosotros el libro “Poemas al director. 68 miradas críticas en tiempos de crisis”, en el cual hay un poema tuyo publicado. Ante todo, ¡¡muchas gracias por tu colaboración!! Espero que te guste el trabajo que hemos hecho. Recuerda que compartes libro con autores del prestigio de Luis Eduardo Aute, Federico Mayor Zaragoza, Fernando Berlín, Juan Carlos Mestre, Jesús Munarriz, Ángel Petisme o Inma Luna entre otros.
http://www.poemasaldirector.com/


Autor: Poema
María B Núñez Chejendé ,Venezuela

EL HAMBRE SILENCIA LAS VOCES…

El hambre silencia las voces…
Con impotencia contemplo las imágenes
que a diario me aporrean la mirada,
el caos ha rebasado los márgenes
de una patria por el odio devastada.

No hay dolor más fuerte que la injusticia
al ver un pueblo por las balas silenciado.
Hay poderes que no ven por la presbicia
de un gobernante que a todos ha comprado.

Pueblo con hambre no piensa es la verdad,
y eso lo aprovechan con éxito los gobernantes,
al someterlos a la mendicidad por mendrugos
que calmen su hambre galopante.

Se necesita alzar mucho más la voz de ayuda
por esos hermanos que sufren lo indecible,
es doloroso ver que la injusticia aún perdura…
Cuando hay un Dios para el qué nada es imposible!

María B Núñez


Mis obras publicadas hasta ahora...

Flor de durazno para leer un poco...

Portada de mi novela Flor de durazno...

Mi último suspiro...


Mi último suspiro…

¡Dónde me puedo esconder
que tus ojos no me alumbren,
pues los siento junto a mí
quemantes como la lumbre!

Hoy me siento perdida en el mar de tus ojos
y el azul de sus aguas no me deja pensar,
voy flotando en la bruma con el cuerpo de hinojos
un trueno me encandila y me dejo llevar.

Arriba de las olas vuelo hacia aquel destello
pues ya no tengo puerto donde quiera volver,
me quedaré por siempre en este mar tan bello
sumida en el ensueño de volverte a querer.

Hundiéndome en la espuma yo respiro tu nombre,
me voy sintiendo libre y ligera como el viento;
mi último suspiro se lo dedico al hombre…
¡Qué me hizo tan feliz hasta que tuvo aliento!

Creo sentir su mano rodeando mi cintura
y al calor de sus besos expiro entre sus brazos,
voy llegando al umbral en nubes de ternura…
¡Dónde no existe el tiempo…donde no existen plazos!

María B Núñez



martes, 9 de junio de 2015

Esta soy yo...

Siempre me ha rondado la idea de escribir lo que podría llamarse autobiografía, cuando al fin me decido, el miedo me paraliza, quién la querría leer? Sin embargo, pienso y digo: Y porqué no? Quizás alguien la encuentre divertida, o le enseñe a no ser como yo, que siempre he querido ser la que no soy.

Me gusta viajar pero lo hago sólo con la imaginación, porque me aterran los cruceros y todo transporte marítimo, los aviones me causan ataques de pánico y por eso prefiero evitarlos, las carreteras me dan miedo por que todavía creo en asaltantes de camino. Como pueden leer, todos mis proyectos de viaje se abortan antes del comienzo.

Me gusta pintar, pero no tengo idea de cómo manejar un pincel, lo he intentado varias veces, pero me he dado cuenta que un niño de cuatro años puede dibujar una hoja mejor que yo.

Me gusta cantar, pero veo que apenas abro la boca todos aplauden y es que desde pequeña descubrí, que los aplausos eran para no escuchar más mi destemplada voz.

Estudié teatro, porque soñaba con ser una actriz, no sé si famosa, pero actriz al fin, pero al poco tiempo me di cuenta, que más importante que la fama, es tener y conservar la familia unida, y para eso se necesita tiempo y calidad del mismo. De este sueño nadie necesitó despertarme porque a conciencia lo hice yo sola.

Soñé con ser periodista y en parte lo “logré,” fui Coproductora de una revista de fútbol, para la cual escribí por un tiempo artículos y entrevistas a jugadores de la categoría juvenil. Pero como siempre sucede en mi vida, algo, o alguien se encargó de despertarme.

Me hubiese gustado estudiar medicina y graduarme de médico, pero como nunca falta un pero, hubieron circunstancias y prioridades que no me lo permitieron.

Tomé un curso de medicina para ayudar en la comunidad, y a todo aquel que lo necesite. Algunas personas dicen que sé mucho del tema de salud, y tienen toda la razón, pero lo que ellos ignoran es que ya perdí la cuenta de todos los libros de medicina que me he leído a lo largo de todos estos años y algo he aprendido.

Ahora en la edad dorada, que no sé porque le dicen así, me he dedicado a escribir, ah, y es que no les mencioné que también soñaba desde muy temprana edad con escribir un libro y Dios permitió que ese sueño se cumpliera, hoy tengo dos novelas publicadas (Huellas en el espejo y Flor de durazno) y un poemario (Huellas del camino) Muy pronto si Dios publicaré una Antología la cual estoy editando actualmente...

Aquí el tamaño si importa…

Aunque soy una mujer petite, confieso que me gustan las carteras o bolsos grandes, porque pienso que en el tema de las carteras, y aunque digan lo contrario, el tamaño si importa.

Reconozco tener varias carteras, pero siempre hay una que es como los zapatos, mientras más viejos más cómodos. Si una cartera me gusta mucho, la hago combinar con todo mi vestuario aunque eso no sea cierto. ¿Cómo se puede andar tranquila con una diminuta cartera, donde no quepa lo necesario para sobrevivir en una guerra? Lo primero que no puede faltar en mi cartera es un limón, un pedazo de jengibre (por si acaso nauseas, mareos, tos etc), chicles aunque no los use, tylenol (por si acaso un dolor de cabeza inesperado), una botella de agua, el celular, una crema todo uso, loción antibacterial, el monedero, clonapin (por si acaso un ataque de pánico) un inhalador para el asma, una libreta pequeña, boligrafos, marcadores, una mini sombrilla, un peine que nunca uso, un bolsito con maquillaje, que no sé para que, porque ni el labial uso y no sigo enumerando cosas porque me pueden decir maniatica y eso no es cierto, solo soy una mujer precavida como dice mi signo del zodíaco.

Sé cuando ya es tiempo de hacerle auditoria a mi cartera, porque al querer sacar el monedero, salen en tropel otros objetos que gritan ¡Auxilio! Queremos salir de aquí. Ha llegado el momento de enfrentarme sin protección a la jaula de los leones, después de encomendarme a San Judas Tadeo, el santo patrón de causas y cosas perdidas, abrí el cierre con miedo de lo que podía encontrar dentro, respiré profundo y de un solo golpe vacié todo el contenido sobre la cama.

Aún me asombro de la cascada de objetos que pueden cohabitar allí, miro alrededor con los ojos bien abiertos, por si acaso no esté algún testigo oculto observando aquel marasmo de cosas guardadas en una espacio no mayor de 20x20 ctms.

Antes de comenzar la difícil tarea vuelvo a respirar profundamente, y como si no fuera yo misma la encargada de ir amontonando cosas, empiezo a cuestionar todo: ¿qué caramba hago con seis relojes aquí? Ah, aquí está el recibo del impuesto que tanto busqué, un limón que en un tiempo fue verde o quizás amarillo, y ahora, ¿cuántos antibióticos podrán fabricarse con el moho verdoso que lo recubre? Tiré a la basura algunos clips, un bolígrafo con la tinta seca, cuatro papelitos doblados que me dio cosa descubrir que eran, una caja de chiclets aplastada y pegajosa, el botar esas cosas me hacía sentir que drenaba energías, era el equivalente a caminar a paso rápido una hora.

Pero aún no termino, todavía me falta revisar el bolsillo lateral secreto, si, secreto hasta para mi, porque nunca me acuerdo de revisarlo. Nuevamente llené mis pulmones de aire y me dispuse a ver que encontraría en ese minísculo espacio.

Decidida intruduje la mano y !Oh, sorpresa! saqué un papelito arrugado que resultó ser un billete de cincuenta dólares...que de seguro utiizaré para comprarme una cartera más. Les juro que ese mismo día y por enésima vez, digo: No voy a usar más carteras grandes para no tener que cargar tanto peso de gratis. Pero como siempre pasa… todo se queda en promesas. María B Núñez Dic. 25 /2011